La rosácea es una condición crónica de la piel que provoca enrojecimiento y vasos sanguíneos visibles en la cara.
Afecta a un 10% de la población, aparece tanto en hombres como en mujeres, sin embargo es más frecuente en el sexo femenino, y en personas de piel clara, aunque los hombres suelen presentar formas más graves de la enfermedad.
Aparece principalmente entre los 20 y los 50 años pero puede aparecer a cualquier edad.
No es una enfermedad con graves repercusiones en la salud del paciente pero tiene un componente estético que puede causar una importante carga emocional.

Síntomas
Las personas refieren mejillas o cara rojas, sensación de calor en mejillas, ardor, escozor, hinchazón, piel seca, sensible, con tendencia a la descamación, y brotes similares al acné.
Causas
La etiología de la rosácea no está clara aunque sí se han demostrado diversos factores predisponentes y desencadenantes.
1. Está asociada a alteraciones vasculares (con fenómenos de vasodilatación) y a una disfunción en la respuesta inflamatoria.

2. Recientes reportes muestran una fuerte asociación con enfermedades cardiovasculares, gastrointestinales, y psiquiátricas.
3. Podrían estar implicadas anomalías pilosebáceas.
4. El demodex folliculorum se ha señalado como posible factor infeccioso que empeora los brotes.
Entre los desencadenantes se han identificado los cambios de temperatura, así como temperaturas extremas, factores alimentarios, la ingesta de alcohol, cosméticos, situaciones de mayor estrés emocional, ejercicio físico, entre otros. Tabla1.
Tabla 1. Factores desencadenantes de rosácea
- Calor
- Sol
- Cambios bruscos de temperatura
- Viento frío
- Baños calientes
- Alcohol
- Comida picante
- Salsa de soja
- Comidas y bebidas calientes
- Chocolate
- Estrés
- Ansiedad
- Ejercicio
- Menopausia
- Cosméticos (especialmente si contienen alcohol)
- Acetonas
- Retinoides
- Corticosteroides
- Vasodilatadores, incluidos algunos medicamentos para la presión arterial.
¿Cómo se ve? ¿Cuáles son las manifestaciones clínicas?

Las manifestaciones clínicas comienzan como eritema transitorio en la cara, flushing, que puede convertirse en persistente (duración igual o superior a 3 meses).
También son comunes pápulas y pústulas, telangiectasias (vasos sanguíneos dilatados), sequedad de la piel y sensación de tirantez o quemazón. Puede aparecer edema facial y síntomas oculares (ardor, enrojecimiento, sensación de cuerpo extraño).
Y en etapas avanzadas puede haber cambios en la nariz, (rinofima) debido a la alteración de las glándulas sebáceas. Ocurre principalmente en hombres y se ha asociado con el consumo de licor.
Clasificación de la rosácea
La rosácea se clasifica en 4 subtipos dependiendo del tipo de lesiones que predominen.
Los diferentes subtipos son:
1. Rosácea eritemato-telangiectásica: predominan el flushing, el eritema y las telangiectasias




3. Rosácea fimatosa: los cambios fimatosos consistentes en engrosamiento de la piel, le dan un aspecto nodular irregular. Se deben a una hiperplasia sebácea con fibrosis y a la palpación tienen una consistencia gomosa. Aparecen en nariz (rinofima), párpados (blefarofima), barbilla (gnatofima), frente (metofima).

4. Rosácea ocular: cursa con molestias oculares tipo sensación de cuerpo extraño, hipersensibilidad lumínica, irritación con hiperemia conjuntival, blefaritis.
Se han identificado otras 2 formas de presentación clínica claramente diferenciadas que son la rosácea granulomatosa y la rosácea fulminans, aunque no están incluidas en la clasificación.
Se ha comprobado que cada subtipo responde de manera diferente a los tratamientos, por lo que clasificar la rosácea de los pacientes ayuda a establecer una línea de tratamiento individualizada.
La rosácea se puede confundir con el acné, una reacción alérgica u otros problemas de la piel.
Con mucha frecuencia los pacientes consultan por acné de larga data que no mejora con los tratamientos para acné como ácido salicílico, exfoliantes y retinoides, y por el contrario les han irritado la piel.
Estas dos condiciones pueden parecerse y los pacientes las pueden confundir fácilmente.
Clínicamente tanto el acné como la rosácea afectan la cara y pueden presentar granitos rojos (papulas) y pustulas (puntos blancos), sin embargo la presencia de comedones (espinillas) o puntos negros sugieren que hay acné lo mismo que barros dolorosos grandes “ciegos” en región mandibular y cuello que se demoran más de 15 días en desaparecer. Mientras que la rojez de la cara o flushing en mejillas y nariz, asociado a calor son síntomas sugestivos de rosácea.
Son 2 condiciones de piel diferentes, sin embargo en algunas personas se pueden dar al mismo tiempo.
Tratamiento
Actualmente ninguno de los tratamientos disponibles se considera curativo. La finalidad es disminuir los síntomas, alargar los períodos entre las crisis y mejorar el aspecto estético.
El tratamiento se hace de manera manera individualizada en cada paciente ya que cada persona tiene una piel y estilo de vida diferentes.
Es indispensable hacer cambios en el estilo de vida ya que pequeños cambios como regular la temperatura del agua, de las bebidas que se consumen, las horas en que se realizan las actividades al aire libre, entre otros, van a mantener los resultados y evitar las recaídas.
Tratamiento Tópico
Las personas con rosácea necesitan productos especiales para el cuidado de su piel ya que ésta se caracteriza por irritarse fácilmente con las cremas, cosméticos y medicamentos.
- Los productos de limpieza deben limpiar sin secar ni irritar la piel, por eso se recomienda el uso de syndets (sin detergente) que son más suaves y tienen un ph similar al de la piel.
- Las cremas hidratantes deben tener propiedades calmantes y anti-inflamatorias.
- El agua thermal es un excelente aliado en el manejo de síntomas ya que refresca, y calma.
- Se sugiere evitar todo tipo de productos que puedan secar, irritar o descamar la piel como ácidos, peelings, scrubs/exfoliantes y dispositivos de limpieza (cepillos, estropajos).
Tip: Comprar productos que digan en la etiqueta “para piel sensible” ya que son más suaves, sin importar si tienen piel grasa o acné concomitantemente.
Cuando hay eritema persistente o brotes debe iniciarse tratamiento con medicamentos tópicos y se debe mantener durante 8–12 semanas (incluso hasta 6 meses en algunos casos). Algunos medicamentos útiles son:
- Metronidazol 0,75% gel o crema.
- Ácido azelaico 15% gel o 20% crema.
- Ivermectina 1%.
Tratamiento sistémico
Es efectivo en subtipos papulo-pustulosos, y debe mantenerse un mínimo de 3–4 semanas. Tiene mínimos efectos sobre el eritema.
- Antibióticos orales por su efecto anti-inflamatorio.
- Isotretinoína en casos específicos.
Láser y Luz Pulsada Intensa.
El tratamiento con láser KTP 532nm, láser Nd:YAG 1.064nm, láser de colorante pulsado (LPC) y luz pulsada intensa (IPL), mejoran de manera eficaz el componente vascular de la rosácea, reduciendo el eritema difuso y las telangiectasias por lo que se ha demostrado especialmente útil en el tratamiento de la forma eritemato-telangiectásica.
La Rosácea es una condición crónica de la piel debida a una hipereactividad/ hipersensibilidad de la vasculatura cutánea ante varios factores como el sol, el calor, la comida picante, temperaturas extremas, productos irritantes, estrés , entre otros.
Muchas veces cuando las lesiones o síntomas no son tan claros, la rosácea se puede confundir con brotes de acné o de otras alergias. Los pacientes creyendo que lo que tienen es acné usan productos como ácido salicílico, retinoides y exfoliantes que en vez de ayudarlos los empeoran, causando irritación y generando mayor sensibilidad, resequedad y enrojecimiento. Por éstas razones se sugiere siempre consultar al dermatólogo para hacer un diagnóstico correcto.
Los tratamientos tópicos, sistémicos o con láser deben ir acompañados de cambios en el estilo de vida para que los resultados perduren en el tiempo y evitar recaídas. Es muy importante individualizar el tratamiento en función del tipo de rosácea y la respuesta al mismo de cada paciente.